Crecer no es fácil, ni rápido, ni barato. Y no es, tampoco, tan obvio como pensamos. Si en una sala llena de personas preguntamos cuántos quieren hacer crecer su negocio, probablemente todos los presentes levantarán la mano. Pero esto, no quiere decir nada.
La mitad, quizá, no perseguirán un proceso profesional para escalar su negocio por tema de recursos -crecer, incluso apalancado en terceros, requiere inversión. No optar por crecer cuando nuestra empresa no posee la liquidez para hacerlo, sea de manera orgánica o inorgánica, es por cierto lo responsable. De la otra mitad, un 50% simplemente no tendrá confianza en la capacidad de su negocio para escalar o en la suya propia para liderar dicho proceso y tratar de convencerlos no sólo será costoso en términos de tiempo, sino que acabará siendo un dolor de cabeza para todos. Si un emprendedor o empresario no cree en sí mismo, mejor mantenerse alejado. Y, finalmente, la otra mitad del 50% de la audiencia, es decir, el 25% del total, tendrá que disipar ciertos miedos, en el mejor de los casos, o vencer otros, en el peor de ellos.
Ahora, tener miedo no tiene nada de malo cuando éste corresponde al desconocimiento sobre un proceso o dinámica específica. Éste se disipa. Tener miedo obstaculiza el crecimiento cuando su raíz está en el ego -he aquí, el “feo”. No se trata, entonces, de descubrir cómo hacer algo o aprender de quienes saben más, si no de la noción de que nadie puede hacer algo tan bien como uno mismo -algo tan improbable, como absurdo. Aprendamos a entender las barreras reales e imaginarias hacia el crecimiento, tanto las de los demás como las propias. Nos ahorraremos mucho tiempo, dinero y dolores de cabeza.
نحن خبراء في تطوير حقوق الامتياز والتدويل، وكذلك في عمليات الاندماج والاستحواذ على سلاسل الأعمال.
