En el mundo del franchising, hay quienes aman el concepto y la dinámica de las franquicias a todo nivel, así como personas a quienes la sola palabra les genera rechazo. Esto, por cierto, suele deberse a malas experiencias previas y a decisiones poco informadas. Sin embargo, la palabra «franquicia» tiene el poder de generar tanta ilusión como desconfianza.
Aquí no exploraremos el origen de este amor o desamor. Lo que sí haremos es hablar de este «primo atractivo» de la franquicia: el joint venture. Es curioso porque, en la industria del consumo y especialmente en la del hospitality, muchos aseguran, con cierto orgullo, que no trabajan bajo un modelo de franquicia, sino mediante joint ventures. Esto, sin embargo, es técnicamente incorrecto, tanto en la teoría como en la práctica.
Si alguien se siente más sofisticado hablando de mecanismos de joint venture en vez de derechos de franquicia, no pasa nada. Pero, en mi experiencia, hay una alta probabilidad de que, en primer lugar, no se entiendan a profundidad ambos esquemas y, en segundo lugar, que en realidad se esté hablando de una franquicia asociativa. Este modelo de franquicia implica que el franquiciador posee equity en la entidad franquiciada, pero el franquiciado no tiene participación a nivel de la holding ni derechos sobre la propiedad intelectual del sistema.
Además, incluso si hablamos de un joint venture en toda regla, dicho mecanismo asociativo debería basarse en un sistema de franquicia para generar coherencia a nivel operativo y asegurar las dinámicas necesarias para cualquier proceso de internacionalización. La franquicia asociativa es una herramienta poderosa dentro del mundo de las franquicias internacionales, pero solo funciona si se articula desde su base: la estructura propia de una franquicia.
En mercados regulados o emergentes, la confusión entre modelos puede llevar a decisiones equivocadas. Guerra avisada no mata gente, y entender las diferencias entre un joint venture y una franquicia asociativa es esencial para quienes buscan expandirse mediante modelos de franquicia exitosos. El desarrollo de franquicias sigue siendo una de las estrategias más efectivas para consolidar la presencia de una marca en nuevos mercados internacionales.
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